Podría definirse crédito fiscal como una operación en la que el estado, generalmente hacienda, presta al contribuyente una suma de dinero que, de otra forma, debería abonarse en forma de impuestos. Dicho de otra forma: nos quedamos con una parte de los impuestos que deberiamos pagar al fisco y los usamos en operaciones de financiación.
Por lo general son las empresas las que se benefician directamente de este tipo de financiación, pudiendo, en algunos países ser beneficiarios de estos créditos también los particulares o personas físicas.
En muchos países la concesión de este tipo de créditos está condicionada al uso que se dará a los fondos prestados y, en muchas ocasiones, suele ser vinculante. Por ejemplo se pueden solicitar créditos fiscales para la formación de los empleados, para mejoras en competitividad, para expansión o para realizar inversiones relacionadas con I+D+i o investigación desarrollo e innovación.
Además, se puede alcanzar una gran oferta de diferentes tipos de préstamos, con diferentes cualidades, que las corporaciones financieras les otorgan para acaparar más clientes de todas clases. Todas estas variantes explicadas se plasman en las ofertas presentes en el sector: interés fijo, interés variable, interés mixto y cuota fija.
La principal diferencia con otras figuras financieras suele ser que estos créditos son sumamente baratos. Por lo general el contribuyente dispondrá de estos fondos a cambio de que cumpla con el proposito prefijado para el que se conceden e incluso lo hará gratis, es decir, no tendrá que pagar un interés por ello, y será suficiente en muchos casos con pagar una cuota de formalización de la operación.
Otra característica distinta de los créditos fiscales es que, por ejemplo, los créditos hipotecarios de interés variable son los que su interés varía y se modifica al cabo de un periodo de tiempo manifestado en el contrato. Este hecho beneficia mucho al particular, porque puede sacar partido de los periodos de tiempo en los cuales los tipos de interés son bajos, pero por el contrario, si el interés aumenta, también las cuotas mensuales aumentarán.
Al principio se establece el tipo de interés que se abonará en un determinado periodo de tiempo, y pasado este lapso temporal, el tipo de interés se modifica estableciendo como referencia el Euribor más un diferencial. Además otra diferencia es que los periodos de tiempo para abonar estas variantes de préstamos suele ser entre 25-35 años.
Diferencias en la definición del crédito fiscal
Según el país de referencia sobre el que se busque el significado de este tipo de operación, la definición variará sustancialmente, pudiendo encontrarnos incluso escenarios contradictorios en los que un crédito fiscal hace alusión a una obligación propia del estado deribada de sus derechos u obligaciones.