El paso inmediato a la concesión de un préstamo es pensar cómo podemos lograr devolver el crédito que hemos contratado. Sin duda es una situación que requiere nuestra responsabilidad puesto que nos habremos comprometido al pago de unas cuotas mensuales que permitirán la devolución íntegra del importe además de los intereses.
La principal solución para lograr esto es el trabajo duro, sin duda. Si se trata de un crédito para empresa deberíamos revisar los balances de cada mes para comprobar si podemos efectuar algún ajuste o bien mejorar el rendimiento de nuestro trabajo para tratar de mejorar los beneficios que nos permitirán cada pago del crédito.
En caso de ser empleados por cuenta ajena, lo más importante es mantener nuestro empleo. En caso de perderlo, deberíamos buscar de forma rápida un nuevo empleo, para ello deberemos utilizar un modelo de currículum vitae adecuado para transmitir la mejor imagen posible, indicando nuestra experiencia y conocimientos. En caso de agradar a la empresa y encajar con el perfil que buscan podríamos pasar a la entrevista de trabajo donde podremos promocionarnos en persona para convencer a quien nos entreviste de que somos sus candidatos ideales.
En algunos casos las entidades financieras o bancarias pueden ofrecernos algún tipo de prórroga en caso de que nos veamos en dificultades para abonar algunos pagos, sin embargo no siempre es posible y esto suele derivar en mayores intereses, complicando aún más su devolución. De ahí la importancia de nuestra responsabilidad a la hora de solicitar un crédito pues nuestra economía empresarial o familiar se podría ver afectada si no logramos cumplir con los plazos que impone el préstamo contratado.
Las entidades de crédito pueden actuar contra nuestro patrimonio si no devolvemos el crédito en el plazo fijado por el contrato y una vez finalizados los plazos de gracia o aplazamientos pactados. En el caso de un prestamo hipotecario la garantia que damos de pago es el propio bien inmueble, por lo que podríamos perder nuestra casa en caso de no hacer frente a los pagos de las letras.
Si nos resulta imposible pagar, y tras habler negociado con el banco una refinanciación o un aplazamiento, y resultandonos imposible, quedan varias opciones por explorar, por ejemplo:
Buscar comprador a nuestra casa o bien hipotecado: Esta formula resulta especialmente util si ya hemos pagado la mayor parte de la hipoteca o crédito, pues con un poco de suerte podremos vender el bien por un precio mayor al que compramos y satisfacer con este dinero la deuda quedándonos una diferencia a nuestro favor.
Pedir ayuda a un familiar o amigo: Si la dificultad para pagar es temporal y podemos demostrarlo quizás el banco nos conceda un aplazamiento, por ejemplo si estamos de baja por enfermedad. Si el banco no lo acepta pero nosotros estamos convencidos de que en breve la situación se restablecerá podemos pedir ayuda a un familiar para seguir pagando y, de esta forma, no tenernos que enfrentar a reclamos o, en el mejor de los casos, intereses de demora.
Casi nunca es buena idea pedir un segundo crédito a otra entidad o un prestamos rápido, pues por lo general los intereses de esto suelen ser más altos y terminaremos pagando más o complicando la situación. La excepción sería en el raro caso de encontrar un prestamo o crédito con un interés notablemente inferior que nos permitiera cancelar la primera deuda y seguir pagando con cuotas más pequeñas, aunque ello implicara aumentar el plazo de devolución.