Los planes de pensiones y los fondos de inversión, son instrumentos de inversión con muchas similitudes, principalmente, en que ambos consisten en la aportación de un capital a un fondo gestionado por el gestor del plan de pensiones o del fondo de inversión. Cuando el inversor aporta dinero, la gestora genera nuevas participaciones que son entregadas al inversor. Cuando se toma la decisión en cambio de retirar la inversión, la gestora entrega el capital correspondiente a cambio de las participaciones, que desaparecen en ese mismo momento. En este sentido, el número de participaciones es variable.
Cuando el caso es una empresa que cotiza en Bolsa, el número de acciones es fijo, siendo los inversores los que compran y venden ese número fijo de acciones. La diferencia es que si se quiere comprar acciones, tendremos que encontrar quién nos las quiera vender y al revés. Además, saber invertir en bolsa no supone sólo comprar y vender acciones, hay multitud de aspectos a tener en cuenta al respecto.
Cuando hablamos de fondos de inversión o planes de pensiones, esa dualidad no existe, ya que, cada vez que alguien invierte en fondos o en planes, éstos se hacen más grandes (se crean participaciones), y al revés, si se venden, se hacen más pequeños (las participaciones desaparecen). Por otro lado, el valor asignado a las participaciones, es el que resulta de dividir el patrimonio total del fondo entre el número de participaciones, sin establecerse, como ocurre con las acciones, por oferta y demanda.
Tanto la inversión en bolsa, como en planes de pensiones y fondos de inversión, nos dan una serie de ventajas y riesgos, diferentes según la elección que hagamos. Tenemos que sopesar cuál se ajusta mejor a nuestras necesidades y preferencias y ampliar esta información. Para ello, no dudes en consultar con páginas especializadas o con un banco que pueda asesorarte al respecto.