El crédito subprime es aquel préstamo que tiene un tipo de interés bancario mayor que el tipo de interés preferencial. En los Estados Unidos se conoce por préstamo hipotecario subprime a aquellos que no cumplen las directivas de Fannie Mae o Freddie Mac. Si bien a menudo se definen como los préstamos otorgados a prestatarios con un historial crediticio comprometido, el Wall Street Journal informó en el año 2006, el 61% de todos los prestatarios que recibieron préstamos subprime poseían puntuaciones de crédito lo suficientemente altas para calificarlos dentro de los préstamos de prima convencional.1 El término se refiere también a los títulos constituidos sobre propiedades que no se pueden vender en el mercado primario, incluidos los préstamos otorgados para ciertos tipos de inversiones inmobiliarias y ciertos tipos de trabajadores por cuenta propia.
El préstamo subprime es un tipo de préstamo arriesgado tanto para prestamistas como prestatarios debido a la combinación de altas tasas de interés, el supuesto pobre historial crediticio (que pueden ser extraordinariamente inexacto) y las potenciales situaciones financieras adversas que a veces se relacionan con los solicitantes subprime. En este tipo de préstamo subprime, se ofrece con una tasa de interés superior a la de préstamo normal debido a la percepción de un mayor riesgo por parte del prestamista.
Los préstamos subprime abarcan un gran variedad de instrumentos de crédito, donde podemos incluir las hipotecas subprime, préstamos subprime para la compra de coches, y tarjetas de crédito subprime.
Los préstamos subprime son muy controvertidos. Los opositores afirman que los prestamistas subprime se dedican a realizar prácticas de préstamos depredatorios, como elegir deliberadamente a los prestatarios que no pueden entender lo que firman, o de otorgar los préstamos a personas que nunca podrán cumplir con los términos de sus préstamos. Muchos de estos tipos de préstamos, incluyen honorarios exorbitantes por la tramitación, términos y condiciones ocultos y, a menudo, conducen a la imposibilidad de reintegrarlos, la incautación de la garantía, y la ejecución hipotecaria.
Hay que prestar mucha atención a la letra pequeña en estos prestamos ya que podría contener condiciones que rayaran la usura
Ha habido acusaciones de discriminación hipotecaria por motivos de raza. Los partidarios de estos créditos mantienen que la práctica extiende el crédito a personas que de otro modo no tendrían acceso a los mercados de crédito. Como el resultado de una continua crisis en la industria de préstamos y créditos subprime, la mayor iniciada en los mercados financieros de los Estados Unidos, la controversia en torno a los préstamos subprime se ha ampliado. Este fenómeno ha sido calificado como un tipo de virus financiero que ha dado lugar a una restricción de la disponibilidad de crédito en los mercados financieros mundiales. Millones de prestatarios están haciendo pagos inflados y recortando parte de su presupuesto familiar. Cientos de miles de prestatarios se han visto obligados a la morosidad o a un expediente por quiebra. Cientos de corredores o prestamistas subprime han cerrado, algunos han presentado expediente de quiebra y varios de ellos han sido absorbidos o adquiridos por otras entidades.
Han evolucionado con la demanda del mercado para obtener financiación, junto con la relajación de las leyes de usura y una falta de disposición por parte de los legisladores de los Estados Unidos para reconocer los riesgos inherentes a los consumidores. Los prestamistas tradicionales son más cautos y se han apartado de la idea de obtener un récord de clientes potenciales. Estadísticamente, los estadísticos confirman que el 25% de la población de los Estados Unidos pertenece a esta categoría.
En el tercer trimestre de 2007, subprime ARMs sólo representaba el 6,8% de las hipotecas pendientes en los EE.UU. y, sin embargo, suponían el 43,0% de las hipotecas impagadas. Las hipotecas subprime representaban el 6,3% de los préstamos pendientes y el 12,0% de las hipotecas se constituyeron en el mismo período. Un crédito subprime es una modalidad crediticia del mercado financiero de Estados Unidos que se caracteriza por tener un nivel de riesgo de impago superior a la media del resto de créditos. Este tipo de operaciones, concedidas a particulares o empresas, tiene las siguientes características:
La mayor parte de los créditos son de carácter hipotecario.
Las entidades financieras tienen un límite máximo fijado por la FED de créditos de alto riesgo, si bien este límite puede ser superado por otras entidades intermediarias que pueden adquirir mediante una cesión de crédito los derechos al cobro de los créditos subprime por parte de los bancos a terceros, a cambio de pagar a la entidad financiera un interés menor.
El tipo de interés es superior a la media de los tipos de interés para préstamos de las mismas características dirigidos a usuarios solventes, variando entre 1,5 y 7 puntos más.
El sistema de concesión de créditos en Estados Unidos se basa en el establecimiento de una tasa de evaluación del particular o la empresa que solicita el préstamo, de tal forma que aquellos que superan los 850 puntos en dicha evaluación obtienen créditos prime a un tipo de interés bajo y con amplias ventajas. Los que tienen una evaluación entre 650 y 850 puntos se consideran solventes y los tipos de interés que se les aplican a las operaciones crediticias se encuentran dentro de la media nacional. Aquellos que tienen una puntuación por debajo de 650 se consideran de alto riesgo, y son aquellos que pueden recibir los créditos subprime, con tipos de interés más altos y más gastos en comisiones bancarias.
En 2002 el volumen de créditos subprime de las entidades financieras en Estados Unidos representaba el 7% del mercado hipotecario. En 2007 era del 12,5%.
Al igual que cualquier otro préstamo, pueden ser negociados por las entidades bancarias con otras empresas, de tal forma que se pueden ceder los mismos a cambio de obtener el pago de un interés menor. La ventaja de la entidad financiera al efectuar la cesión es poder garantizarse el cobro del crédito de manera rápida. Las empresas que adquieren créditos subprime tratan de obtener un beneficio por la diferencia entre lo pagado a la entidad financiera y lo que efectivamente tienen derecho a cobrar del particular deudor.
Los problemas que puede generar el impago de los créditos subprime dentro de la economía local y de la economía global está determinado por tres factores:
El número de créditos cedidos a terceros en operaciones de cesión de créditos y las empresas titulares de los mismos. Cuando son los bancos los que soportan la mayor parte de la carga de los créditos subprime, el riesgo afecta al sistema financiero; cuando son empresas de otro tipo, el riesgo afecta a distintos sectores económicos o bien a los más importantes.
El impacto sobre la economía global, según qué empresas, financieras o no de otros países, han dquirido este tipo de productos bancarios.